Tierra dulce
que abrigaste mi alma,
tu me viste
el día de mi mañana.
El sol de la tierra
abrió mi vista
y mis ojos nuevos,
deslumbrantes de luz y fuego.
¿ De donde vengo?
¿ Y ahora que más dá?
Ahora estoy aqui
ahora es la tierra, el agua
el fuego y el aire,
mis incansables compañeros,
conocerles es mi empeño
comunicarme mi ilusión,
confiar mi esperanza
en que el ser humano,
abra su corazón
y eleve su alma
Tras la insondables mareas de tus sentimientos,
hizas las velas de tus pensamientos,
como flores abiertas en la mañana
se abre tu alma en mi mirada.
Y ahora sé , que no sabia nada.
Porque con tu luz,
conocí yo mi alma.
Necesito de ti como tu,
esa mirada tierna
que alienta mi ardor
hasta convertirlo en llama,
que arde y arde transportada,
hacia una gran fogata.
Ese fuego que es fuego de vida
nos une y reclama,
como parte de una parte,
como gota de mar en la marea.
Cuando de mi infancia
recuerdo momentos
de tu dulce rozar,
te siento sintiendo.
Te miro y me miras,
por donde voy me fascinas,
todo lo ocupas, lo absorves
lo tomas.
La vida te admira
como vida naciente,
pones luz en mi vida.
¡Que no decaiga,
que no termine nunca,
que los ojos de la libertad
esten siempre en el camino!
És allí en aquella nube,
donde todo es delicia,
como suave algodón
saboreo mi vida.
¿ Quién eres tú
y porqué así me miras?
Pero solo me observas!
Como en otra nube,
con esperanza perdida
¿ qué buscas?
Tu mirada ahogada
es para mí una palabra,
me dice: mi vida.
Te olvidaste de vivirla
y ante tus ojos pasó,
pero era el instante
lo que se perdió.
Ahogate pués
en tu desolación,
porque la hora perdida,
el viento se la llevó
Si en cualquier momento,
sientes que el cielo se viene abajo
y que la linea del horizonte,
es lo que sobrevive a la caída,
mira más allá
y verás que se levanta un cielo nuevo
y una nueva tierra,
de prados y pastos,
que bosques y arboledas,
de bichos y setas,
de toda maravilla creada,
pon más allá del horizonte
tus esperanzas.
